El Barrio Almendral

Comenzaremos hablando de un barrio característico de Valparaíso, pero que no esta considerado dentro del sector patrimonial de la ciudad. Con esta página y la fotografía queremos resaltar la belleza y típico de este sector.

Al mirar la historia de Valparaíso, vemos que el hermoso paraje natural de la Bahía de Quintil (nombre dado por los indígenas), fue cambiando drásticamente su fisonomía. Ya a fines del siglo XVIII comenzó una sectorización: en las zonas bajas se ubicaron los comerciantes extranjeros y en los cerros se ubicaron los grupos sociales más pobres. El sector del plan se dividió en dos: El barrio Puerto y el barrio El Almendral, que presentaba un carácter más rural. Del cual, aún se presentan claros vestigios.


Esta es la antigua feria de abasto de Valparaíso. El actual edificio fue construido el año 1912 por el arquitecto Eduardo Feureisen. Es un ejemplo de las construciones metálicas de esa época. Hoy se destaca el colorido de sus puestos de frutas y verduras que llegan de las zonas campesinas para ser vendidas por mayor y al menor. En el segundo piso encontramos la recova, donde se destacan los puestos de comida. Siendo estos últimos unos agradables y económicos lugares para desgustar los platos más sabrosos.


Cada día, en este lugar comienza la vida muy temprano. Llegan camiones con sus productos, bajan de los cerros carromatos y burros, cuyos dueños recogen los restos de frutas y verduras que llevan para alimentar a sus conejos y cerdos. Pero también podemos encontrarnos con cientos de dueñas de casas y vecinos que compran lo necesario para su hogar.

Pero también nos encontramos con otros problemas. El cual podemos observar el la próxima fotos. Problema de indigencia, que afecta a muchas personas de esta ciudad. Quienes trabajan cargando o limpienado en los puestos de frutas y verduras; como tambíen ayudando a descargar cada día los camiones que llegan cons frutas y verduras. Pero lamentablemente estos hombres, están alcoholizados y toda su ganancia la gastan en vino o cerveza.



Esta situación produce que un paseo por la tarde, en torno al Mercado Cardonal nos presente un aspecto muy pintoresco.

En muchas ocasiones se han realizados gestiones para reubicar estas personas, pero a los meses vuelven a ocupar esos lugares como sus oficinas o lugares para dormir su siesta.

Estos personajes, muchas veces, ignorados por la sociedad, poseen una sabiduría popular muy digna de elogios. Por eso invitamos a Uds. a detenerse a conversar con ellos.